Leyendas de supersticiones, santos que curan el "meigallo" o piedras que son "milagreiras... estas y otras leyendas de las temibles aguas de la Costa da Morte sepultaron en la antigüedad míticas ciudades. Los romanos encontraron en el Monte de Fisterra un altar al sol (Ara Solis). No es para menos, pues las puestas de sol son espectaculares!
En estas aguas del Fin del Mundo, peligrosas por los temporales que en ellas se producen y la existencia de arrecifes, se han hundido muchos barcos. ¿Será por eso que el Jefe de Campaña, Alberto "el previsor", está leyendo en sus ratos libres el "Náugrago" de Gabriel G. Márquez?
Durante la ruta, armados con chalecos salvavidas, hemos procedido a realizar la clásica maniobra de "simulacro de abandono de buque"; gracias a José Luis, el primer oficial, ha quedado todo muy claro para estar preparados ante cualquier percance.
En fin, que hoy, este mítico mar de Finisterre, es el origen de nuestras tareas científicas... Empezamos en la estación 4.
El calor y el clima veraniego de Vigo nos dejaron las baterías cargadas para continuar en estas aguas movidas y ventosas. De repente ha llegado el invierno, hemos tenido que abrigarnos y protegernos bien del viento para poder trabajar cómodos. El personal está adecuando sus estómagos a este balance y por ahora todo va viento en popa...
Comenzamos, como hemos dicho, por la estación 4, la más alejada de tierra y proseguimos con la 3, 2, 1, pegada a Cabo Fisterra; todo ha ido bien, primero Multinet, luego CTD, Calvet a continuación, etc. Así, ya hemos completado el primer radial, pero no hemos encontrado ni una sola larva de merluza. Bueno, no es preocupante, esto también pasó en la campaña de marzo, las larvitas de merluza están más al Norte, así que vendrán más tarde.
Os tengo que dejar, me toca mi turno de trabajo, así que mañana seguiremos contando más cosas.
¡Hasta pronto!
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