jueves, 2 de agosto de 2012

¡OTO Tema!


En el último post del blog os comenté que iba a hablaros del estudio del crecimiento y de la edad de los peces. ¿Os acordáis que comentamos que era necesario estudiar el crecimiento de las larvas para saber si estos juveniles de merluza, que hemos capturado, son hermanos de las larvas que capturamos en primavera?

Pues bien, todo esto se puede saber si analizamos y estudiamos los otolitos de larvas y juveniles de merluza que hemos capturado. Este trabajo tan singular requiere una gran especialización y se realiza en el laboratorio en tierra. Empezaré entonces por lo básico para que podáis entender cómo hacemos los biólogos “otoliteros” para determinar la edad y el crecimiento de los peces.

En cualquier organismo, el crecimiento, al igual que la madurez y la mortalidad, son procesos que están relacionados con el transcurso del tiempo, por eso es esencial conocer la edad. Ésta generalmente se obtiene mediante el recuento de los anillos de crecimiento que se forman en piezas calcificadas del individuo como son los otolitos que están localizados a ambos lados de la cabeza de los peces óseos y son los responsables del sentido del equilibrio y del oído. Existen tres pares de otolitos: asteriscus, lapillus y saggita. Este último par es el que normalmente se emplea para determinar la edad por ser el de mayor tamaño y el más fácil de extraer en la mayoría de las especies. Así, generalmente, se utiliza el término otolito para referirse al saggita. Los otolitos son las primeras piezas duras en formarse, estando presentes desde el momento de la eclosión y crecen de forma continua durante toda la vida del pez, existiendo una estrecha relación entre el tamaño del otolito y el del pez.

Estas estructuras calcificadas crecen por deposición de capas concéntricas de carbonato cálcico y proteínas de diferente grosor formando una serie de anillos de crecimiento en función de factores endógenos y exógenos. Si os fijáis bien en las fotos que acompañan a este texto, veréis que son similares a los anillos que se ven en los troncos de los arboles. Estos anillos o incrementos se forman con periodicidad variable (anual, estacional e incluso diaria) y tienen distinta densidad óptica, de manera que se ven como una secuencia alterna de anillos opacos y translúcidos que corresponden a diferentes tasas de crecimiento. 

Para determinar la edad se cuenta el nº de anillos de crecimiento observados en los otolitos, se relaciona la edad con la talla del ejemplar y por medio de una serie de cálculos, obtendremos la composición por edades de la captura y lo más importante, la estructura demográfica de la población estudiada. Sin embargo, para todo esto que parece sencillo, es necesario en primer lugar dar un paso importante, y es hacer visibles los anillos de crecimiento. Para ello, existen diferentes técnicas dependiendo de qué escala de tiempo nos interesa estudiar, anual o diaria.

Esta última es la escala a la que trabajaremos para este estudio, ya que se trata de analizar el crecimiento diario del otolito durante el primer año de vida. Si es de una larva (≤1 cm) se analiza el otolito entero y si es de una postlarva o juvenil, es necesario obtener una sección muy fina (20 micras de espesor), que permita observar todos los anillos desde el centro hasta el borde del otolito. Para esto, el otolito pasa  por un proceso de montaje en resina, corte, lijado y pulido que es complicado y tedioso. Finalmente, la sección obtenida se interpreta en el microscopio con la ayuda de un analizador de imagen, para contar el número de anillos diarios que hay desde el centro hasta borde. Todo este trabajo de preparación y lectura de los otolitos para el crecimiento larvario y juvenil, lo llevan a cabo sobre todo dos personas especialistas en el tema, José, en el Centro Oceanográfico de Málaga y Lorena, en el Centro Oceanográfico de Vigo.

        Bueno y esto es todo por hoy, lo prometido es deuda y aquí os queda esta pequeña historia de los otolitos y de alguno de sus usos. Estas pequeñas piedritas singulares y blancas, estan consideradas como los mejores indicadores de la edad en peces. Son, además, una de las herramientas más importantes para entender la vida de los peces y de sus poblaciones. 


Ciclo vital de la merluza: huevo, embrión, larva, juvenil y estado adulto


Extracción de otolitos de un ejemplar de merluza adulta
 
Fotografía de un otolito sagitta de merluza de 16 cm de talla mostrando los anillos de crecimiento


Larva de merluza


Par de otolitos sagitta de una larva de merluza de aproximadamente 250 micras de diámetro

Prerrecluta de merluza
 
Otolito de un prerrecluta de merluza de aproximadamente 220 micras de diámetro



Secuencia de tamaños de juveniles de merluza sobre el ictiómetro


Sección transversal del otolito de un juvenil de merluza mostrando los anillos de crecimiento desde el núcleo hasta el borde. Detalle de la zona central de la sección, mostrando los anillos que constituyen las zonas opacas (ZO) y translúcidas (ZT) de la estructura de crecimiento en el otolito.








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